Aunque Arqueología y Prehistoria aparecen vinculadas, los datos que concentran la atención de los arqueólogos no son datos históricos, sino que datos arqueológicos o más precisamente “hechos” arqueológicos. De manera que arqueología no es historia.
David Clarke, en su esfuerzo por entender la naturaleza de la arqueología, sentencia:
“la arqueología es arqueología es arqueología”
Pero ¿qué fue lo que exactamente nos quiso transmitir Clarke con este trabalenguas?
Su perspectiva se dirigió a situar la arqueología como una disciplina que se sostiene a sí misma, pues es capaz de generar teorías propias. En el sentido, no es una ciencia dependiente o auxiliar de otra como la antropología o la historia. Al momento que reconoce que:
“es una disciplina exclusiva e inmadura que lucha por encontrar sus propias dimensiones y afirmar su existencia al lado de disciplinas contiguas de mayor madure”
David identifica 3 objetivos de la arqueología:
1) Estudio en estática y dinámica que vaya más allá de casos particulares.
2) Búsqueda de similitudes y regularidades sobre la naturaleza de sus datos particular a cada región período y ambiente.
3) El desarrollo de principios sintetizadores y capaces de correlacionar con un alto valor predictivo.
En fin, la arqueología tiene un objeto de estudio claro y específico. Este es la cultura material para luego generar modelos sobre la conducta humana. La cultura material, entonces, entendida por Clarke es un elemento activo en la construcción de la realidad social. La cultura material no está reflejando la conducta, sino que participa en ella de manera activa. Incluso, podemos aventurarnos a decir que en un nivel superior Clarke pretendía hacer una antropología de la cultura material
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